Historia de una Vida
Una casa de muñecas, mediterránea, grande, blanca y azul.
Las recogimos en aquel sitio sórdido, oscuro a las 12 de mañana, rodeadas de miradas ajenas, su vida en una furgoneta…y la casa de muñecas. Y la casa que no cabía, había que llevársela. Y nos la llevamos.
Cherifa madre. Cherifa luchadora. Cherifa valiente. Cherifa busca el cambio.
Entra en España un 24 de diciembre con su hija Yossra enferma. Una enfermedad rara. “Síndrome de la Cloaca” con patología cardíaca asociada. Cirugías, revisiones, complicaciones, nuevas cirugías, nuevas patologías asociadas, viviendas infrahumanas. Madre e hija juntas buscando el cambio.
Yossra hija. Yossra alegre. Yossra vida.
7 años y asume como adulta la realidad que le ha tocado. Una enfermedad rara que la obliga a depender de sondas, cambio cada 3 horas. 7 años. Lo hace ella en el colegio, sola, autónoma, porque quiere estudiar, le encanta el cole. Yossra de grandes ojos, expresivos, siempre sonriendo. Estudia, juega, se enfada, se viste de princesa con pompones de colores. Busca el cambio.
Moad hijo. Moad valiente. Moad familia.
Cruzó solo la frontera para estar con su madre y hermana. 14 años. Solo. Patera. Mar. Forman un tándem familiar con mucho amor y apoyo. Estudia, juega al fútbol, colabora. Quiere el cambio.
Cherifa madre. Madre que sufre. Sufre sola.
Hospitales, cirugías, estrés, incertidumbre. Y el cuerpo que no miente. El cuerpo que dice lo que los labios no pueden. Nódulos en el pecho. Primero en uno, luego en el otro. Citas que incumple por priorizar las de su hija. Cirugías, revisiones, complicaciones.
Una vivienda, un espacio de seguridad, un apoyo, un acompañamiento. Noches al fin de 8 horas, miradas descansadas, cuerpo recuperándose, ya no hay nódulos, niños en el colegio, jugando, bailando con sus pompones. Y el cambio sigue.
La casa mediterránea, grande, no es blanca y azul, tampoco es de muñecas, ahora es de verdad.